La tendencia de las redes sociales de “fibermaxxing” (aumentar intencionalmente el consumo de fibra mucho más allá de los niveles recomendados) ha ganado fuerza por sus supuestos beneficios: mejor digestión, mayor saciedad y mejor control del azúcar y el colesterol en la sangre. Un escritor decidió probar la tendencia de primera mano, siguiendo meticulosamente su consumo durante siete días para ver si las expectativas coincidían con la realidad.
¿Qué es Fibermaxxing?
La fibra es un carbohidrato que al intestino delgado le cuesta digerir, lo que la hace esencial para mover los desechos, estabilizar el azúcar en la sangre, reducir el colesterol y promover la saciedad. La FDA recomienda entre 22 y 28 gramos de fibra al día para las mujeres, pero el Fibermaxxing supera este límite y algunas personas influyentes sugieren entre 50 y 100 gramos por día. Los expertos advierten contra tales extremos, ya que el exceso de fibra puede provocar hinchazón y diarrea.
La configuración del experimento
El escritor, que ya consumía alrededor de 37 gramos de fibra al día, se propuso consumir 50 gramos por día durante una semana, guiado por el consejo de un dietista registrado. También se dio prioridad a la hidratación (80 onzas diarias), ya que la fibra funciona mejor con una ingesta adecuada de líquidos. Para agilizar el seguimiento, las comidas se planificaron en gran medida con antelación para garantizar la coherencia.
El plan diario
La dieta se centró en alimentos básicos ricos en fibra:
- Desayuno: Pudín de proteínas de arándanos y semillas de chía con yogur griego y granola (14,5 g de fibra)
- Almuerzo: Ensalada de atún y garbanzos sobre lechuga romana con frijoles extra (16,9 g de fibra)
- Cena: Ensalada de pistachos y edamame, palomitas de maíz y requesón con mantequilla de maní en polvo (20,7g de fibra)
Esto arrojó un total de 52,1 gramos de fibra por día.
Los resultados: mejoras sutiles
Las mejoras iniciales fueron lentas, posiblemente debido a la deshidratación por viajes recientes en avión, que a menudo causa estreñimiento. Sin embargo, para el segundo día, las deposiciones se normalizaron y el escritor alcanzó con éxito su objetivo de fibra mientras mantenía una agenda ocupada. El proceso requirió atención adicional a la planificación y el seguimiento de las comidas, lo que hizo que salir a cenar fuera más desafiante debido a la información nutricional inconsistente.
A lo largo de la semana, se observaron mejoras sutiles en la frecuencia y facilidad de las deposiciones. El escritor también notó una mayor saciedad y niveles de energía más estables, lo que se alinea con el papel de la fibra en la regulación del azúcar en sangre. No se experimentaron efectos secundarios negativos importantes (hinchazón, diarrea), probablemente porque el sistema del escritor ya estaba algo adaptado a una mayor ingesta de fibra.
Perspectivas a largo plazo
Si bien el experimento produjo efectos positivos, el escritor no planea continuar con el Fibermaxxing estricto debido a la precisión requerida. Sin embargo, pretenden priorizar alimentos ricos en fibra como las semillas de chía y los frijoles, reconociendo sus beneficios para la saciedad, la digestión y los niveles de energía.
La conclusión clave es que, si bien no es necesario un consumo excesivo de fibra, aumentar intencionalmente el consumo de fibra dentro de límites razonables puede contribuir a mejorar la salud digestiva y el bienestar general.






































































