Para los padres de hoy, se avecina un nuevo desafío: proteger a sus hijos de la creciente influencia de ideologías en línea que promueven la misoginia, el resentimiento y las visiones distorsionadas de la masculinidad. No se trata simplemente de poner freno a los videojuegos violentos; se trata de navegar en un panorama digital donde los jóvenes son bombardeados con mensajes que los alientan a ver a las mujeres como inferiores y las relaciones como transaccionales. Esta amenaza no existía de la misma manera hace apenas 30 años, lo que la hace particularmente inquietante para muchos padres.
El ascenso de la manosfera
La “manosfera” –una red de canales de YouTube, podcasts y foros en línea– se presenta como autoayuda para los hombres, pero a menudo enmascara creencias profundamente misóginas. Se aprovecha de niños y jóvenes que se sienten marginados o inseguros, ofreciéndoles un sentido de comunidad y al mismo tiempo reforzando ideas dañinas sobre los roles y derechos de género. Figuras como Andrew Tate, a pesar de enfrentar cargos penales, han ganado fuerza en la corriente principal, e incluso cuentan con el apoyo de personalidades de alto perfil. Esta accesibilidad no tiene precedentes; Un joven que busca consejos sobre citas puede toparse fácilmente con contenido que promueva la idea de que las mujeres son una propiedad o que las víctimas de agresión sexual son responsables.
Por qué esto importa ahora
El cambio no se trata de que la misoginia sea nueva; se trata de cuán accesible se ha vuelto. Las generaciones anteriores de padres se preocupaban por los medios violentos, pero la preocupación actual es la transmisión constante y selectiva de ideologías extremas a través de algoritmos. La manosfera moderna ha ido ganando impulso silenciosamente durante décadas, evolucionando desde guías de seducción hasta comunidades organizadas en línea. Esto es más que una simple tendencia pasajera; es un sistema estructurado diseñado para adoctrinar a los jóvenes haciéndoles creer que la sociedad tiene prejuicios contra ellos.
El papel de las redes sociales
Las plataformas de redes sociales amplifican estos mensajes, creando cámaras de eco donde los niños pueden reforzar sus creencias. La terminología de “píldora roja” y “píldora negra”, tomada de The Matrix, representa un “despertar” a la idea de que la sociedad está manipulada contra los hombres, y estos últimos aceptan que su aislamiento es permanente. Estas comunidades prosperan gracias a la negatividad, ofreciendo un falso sentido de pertenencia y al mismo tiempo fomentando la autocompasión y el resentimiento.
Cómo pueden responder los padres
Los expertos dicen que el pánico no es la respuesta; la comunicación es. Discutir abiertamente estas ideas sin juzgar puede ayudar a los niños a evaluar críticamente lo que encuentran en línea. Los terapeutas recomiendan hacer preguntas como “¿Por qué piensas eso?” o “¿Dónde escuchaste eso?” en lugar de cerrar la conversación. La clave es crear un espacio seguro donde los niños se sientan cómodos explorando sus pensamientos sin temor a represalias.
Más allá de las restricciones: cultivar la empatía y el pensamiento crítico
Los padres también deben enseñar de manera proactiva la empatía, la inteligencia emocional y una masculinidad saludable. Esto significa normalizar la vulnerabilidad, fomentar el vocabulario emocional y modelar un comportamiento respetuoso. El objetivo no es eliminar por completo la exposición a ideas dañinas, sino equipar a los niños con las herramientas para reconocerlas y rechazarlas. Un fuerte sentido de pertenencia en el hogar puede impedir que los niños busquen validación en comunidades tóxicas en línea.
En última instancia, criar niños en la era de la manosfera requiere vigilancia, comunicación abierta y el compromiso de fomentar el pensamiento crítico. El panorama digital ha cambiado las reglas, pero los padres aún pueden guiar a sus hijos hacia actitudes saludables y respetuosas y ayudarlos a resistir los rincones más oscuros de Internet.

































