Vaquera Jayy Hardin: Rompiendo barreras en el mundo del rodeo

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Jayy Hardin no es sólo un atleta de rodeo; ella es un testimonio de la creciente diversidad e inclusión dentro de un deporte tradicionalmente dominado por los blancos. Hardin, un experimentado competidor en carreras de barriles, decoración de novillos y otros eventos de rodeo, encarna un legado de vaqueros y vaqueras negros que los principales medios de comunicación suelen pasar por alto. Su viaje, desde una infancia impregnada de la tradición del rodeo hasta una presencia cada vez mayor en el trabajo de especialistas, destaca la resiliencia y la determinación necesarias para prosperar en un espacio donde demostrar lo que uno mismo es una batalla constante.

Las raíces del rodeo y la lucha por la representación

Los orígenes del rodeo se remontan a los vaqueros mexicanos, cuyas habilidades y modas sentaron las bases de la cultura vaquera occidental. A pesar de esta historia diversa, el deporte ha estado dominado durante mucho tiempo por la representación blanca en los medios populares. Esto ha llevado a una subrepresentación sistémica de atletas negros como Bill Pickett, la primera estrella de rodeo negra incluida en el Salón de la Fama del Rodeo del National Cowboy and Western Heritage Museum, quien fue pionero en las técnicas de lucha con novillos.

La presencia de Hardin en el rodeo es un impulso deliberado contra este desequilibrio histórico. Ella no sólo está compitiendo; ella está desafiando las percepciones. “Al empezar, por supuesto, te miran de manera diferente. Como, ‘Está bien, ¿realmente puede montar?'”, dice, reconociendo el escepticismo que enfrenta como mujer negra en el deporte.

Rodeo de 8 segundos: una plataforma para el cambio

El surgimiento de organizaciones como 8 Seconds Rodeo es fundamental para amplificar las voces y los logros de los atletas de rodeo negros. Fundado en 2023, 8 Seconds Rodeo tiene como objetivo mostrar el talento dentro de las comunidades de rodeo negras, creando un espacio donde competidores como Hardin puedan brillar. La expansión de la organización a la costa este, con su primer evento en Filadelfia, subrayó este impacto. Hardin recuerda: “Experimentar lo que experimenté en Filadelfia… durante los últimos 30 años de mi vida, nunca lo había sentido”.

Este tipo de visibilidad es crucial no sólo para el reconocimiento sino para inspirar a la próxima generación. Hardin encarna este sentimiento y le dijo a un joven fanático en un evento reciente que “la palabra ‘no puedo’ nunca debería estar en tu vocabulario, porque somos capaces de cualquier cosa”.

Entrenamiento y disciplina: la rutina detrás de la gloria

La dedicación de Hardin se extiende más allá del campo. Su régimen de entrenamiento se centra en entrenamientos de cuerpo completo, priorizando la fuerza del core y las piernas para apoyar sus carreras de barriles y eventos de decoración de bueyes. Ella enfatiza la técnica sobre la fuerza bruta y señala que “no debería ser necesario forzar a un caballo en una dirección particular”. En cambio, se centra en la delicadeza, utilizando lo que se conoce como el “método del meñique” para mantener las manos suaves y comunicarse con su caballo de forma intuitiva.

La recuperación es igualmente importante. Hardin sigue una intensa rutina de ejercicios con espuma, estiramientos, batidos de proteínas y ejercicios cardiovasculares ligeros para controlar el dolor y mantener el máximo rendimiento. También enfatiza la importancia de conectarse con el caballo, enfatizando que los jinetes deben trabajar con el animal en lugar de tratar de obligarlo a someterse.

Del rodeo al trabajo de acrobacias: ampliando horizontes

El talento de Hardin va más allá del rodeo. Su experiencia la llevó a una carrera en el trabajo de especialistas, comenzando con un papel en la película Harriet en 2018. Rápidamente demostró su versatilidad, montando a caballo, dando patadas e incluso dominando el arte de hacerse la muerta de manera convincente. Esta transición muestra su adaptabilidad y subraya las habilidades transferibles entre el rodeo y la actuación impulsada por la acción.

A pesar de su éxito en el trabajo de especialistas, Hardin sigue comprometida con el rodeo. Planea seguir compitiendo, incluso en futuros eventos de 8 Seconds Rodeo, impulsada por el deseo de educar a otros sobre la diversidad dentro del deporte y las increíbles mujeres que traspasan sus límites.

La historia de Hardin es un poderoso recordatorio de que el rodeo, como muchos deportes, tiene una historia oculta de talentos subrepresentados. Su dedicación tanto a la competición como a la representación sirve como un faro para los aspirantes a atletas, demostrando que romper barreras requiere no sólo habilidad sino una creencia inquebrantable en la propia capacidad.